viernes, 1 de mayo de 2009

El espectáculo mediático no tiene límites


Quizá a todos nos suena el nombre de Jade Goody y no es de extrañar debido al gran bombardeo mediático al que nos ha conducido. Pero para empezar, repasemos quién es Jade Goody. Hija de drogadictos nació en uno de los barrios más duros de Londres. Su padre abandonó a Jade junto a su madre con apenas dos años, pasó varios años en la cárcel y murió de sobredosis en 2005. Su popularidad se debe a su participación en 2002 en el Gran Hermano británico donde sacó a relucir su particular personalidad llena de ignorancia y no saber estar donde dejó joyas como que Río de Janeiro era una persona o que Cambridge era un barrio de Londres pero puede justificarlo con el hecho de “no he tenido tiempo para ir a la escuela”.


Tras el éxito de Gran Hermano consiguió realizar una biografía y vender con éxito un perfume. Pero la tormenta llegó con su participación en el Celebrity Big Brother donde realizó varios comentarios racistas a la actriz india Shilpa Shetty. El caso estuvo muy presente en los medios de comunicación de todo el mundo e ,incluso, acabó con la intervención del primer ministro, Gordon Brown, que condenó al programa por dañar la imagen de Reino Unido.

Ahora a saltado a los medios tras vender “su vida” a los medios a causa de un cáncer de útero incurable. Su objetivo: conseguir una estabilidad económica y material para sus hijos de cuatro y cinco años.

"Sí, la gente dirá que hago todo esto por dinero. Y tienen razón. Pero no lo hago para comprar coches de lujo o grandes casas. Lo hago por el futuro de mis hijos, por si yo falto. No quiero que mis hijos tengan la misma infancia miserable, plagada de drogas y marcada por la pobreza que tuve yo", explica Jade.




Como consecuencia al circo mediático creado se disparó el número de mujeres que acudieron al médico para hacerse revisiones y así prevenir el tan temido cáncer de útero. Pero, también consiguió dividir a la sociedad.

La encargada de filmar su vida fue la cadena de televisión Living TV la cual fue mostrando los estragos de la quimioterapia en Jade.
La venta de su vida indignó a muchas personas: "Goody tiene cáncer, y eso es triste. Pero también lo tienen cientos de miles de personas. La diferencia aquí es que Goody es una subsidiaria enteramente propiedad de los tabloides y cualquier cosa que haga, incluso morir de cáncer, es comercializada por los tabloides".

Tras su muerte, dejó abierto un debate sobre la actuación de los medios de comunicación. Unos medios que cada vez más se centran en el morbo del asunto sin tener en cuenta la repercusión que pueda tener el difundirlo. Los periodistas se están convirtiendo en meros buitres al realizar este tipo de trabajos cuando en realidad, en todo el mundo, están ocurriendo verdaderas desgracias y tragedias y nadie logra obtener un gran beneficio de ellas como le ha ocurrido a la ahora ya fallecida ex gran hermana. Un hecho bochornoso para la profesión.






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